Las historias son viajes. Cada uno de los 80 niños abrió una puerta hacia un destino diferente adornado de sensaciones, colores y música, que visitaron junto a sus compañeros, las talleristas y el equipo de trabajo de Wayra.
Las talleristas se permitieron regresar a sus propias memorias y las re descubrieron en las ajenas. A algunos nos impactó conocer una ciudad donde la costa y el campo convergen con la modernidad, escuchar referencias a un estilo de vida pausado e incluso relajado. Los niños se divirtieron imaginándose como reporteros investigadores, encargados de captar información e historias interesantes para compartir con todos. Aquellos cuyas familias permanecen cercanas a las actividades alrededor del agua, reconocen el impacto de la ciudad sobre ella. Y tan común como para los niños de Pacora es ir al río, para los otros es hablar del mar como algo que hay que sanar.
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AutorTeatro Carilimpia Archivos
Julio 2018
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